Pausas Activas. Renovarse para no quemarse.
A menudo cuando realizamos la misma tarea durante mucho tiempo comenzamos a sentir dolores que justamente se generan a raíz de esos movimientos repetitivos, como por ejemplo subir y bajar cajas; y por otro lado, cuando nos quedamos mucho tiempo quietos en la misma posición trabajando frente a la computadora, también nos genera dolores de cuello y espalda. También nos afecta a nivel mental y dejamos de ser creativos, nos ponemos de mal humor y no se nos ocurre una sola idea, el famoso “burnout”.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Realizar pausas activas, que son pequeños intervalos durante la jornada laboral en los que hacemos diferentes ejercicios de movilidad, estiramos los músculos y respiramos profundamente.
¿De qué manera, cada cuánto tiempo?
La selección de los ejercicios va a depender de las tareas que realice cada grupo de trabajadores. El común denominador es hacer movilidad articular, estiramientos y manejar una respiración relajada.
Lo aconsejable es interrumpir la jornada laboral para hacer estas pausas todos los días una vez al día. Esto no reemplaza la actividad física como una clase de entrenamiento funcional pero nos va a ayudar a prevenir lesiones, favorecer la circulación, mejorar la postura, combatir el estrés, a ser más productivos laboralmente y fuera del trabajo y mejorar nuestra calidad de vida.