Respirar para relajarse.
Una de las bases de la relajación es el control de la respiración, cosa que hoy en día y en muchos casos, apenas le damos importancia. Sin embargo, en la respiración se oculta una terrible fuerza vital que nos ayudaría a revitalizar, a energizar nuestro cuerpo.
Aprender a respirar se trata básicamente de inspirar por la nariz y exhalar por la boca.
Respiración abdominal: Situar las manos sobre el abdomen, al inspirar lentamente tu abdomen se inflará. Después, mediante la espiración éste se desinflará y podrás ver cómo se hunde.
Respiración torácica: situar las manos sobre el tórax, en el pecho. Mientras inspirás, comprobarás que la zona pulmonar se ensancha y se expande hacia afuera y que al espirar vuelve a su posición original. Las clavículas también se desplazan hacia arriba al inspirar y hacia abajo al exhalar.
Una vez que te hayas familiarizado con estas técnicas, intentá realizar el ciclo completo de inspiración (torácica-abdominal) siete veces en el momento que hayas elegido para relajarte, lo más lento y profundo posible, sin sensación de ahogo, sin forzar.
La respiración es muy importante para el bienestar interior.